viernes, 14 de diciembre de 2018

399 ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE TIMOTES


CRONICARIO CULTURAL TIMOTENSE
399 AÑOS DE LA FUNDACION DE TIMOTES
Y DIA DE SANTA LUCIA
Por: Jesús María “Chuma” Espinoza Marín
Nuestro gentilicio timotense, está de plácemes por dos motivos fundamentales: la histórica Fundación de la Ciudad de Timotes y la Exhaltación del Culto a Santa Lucía, Mártir de Siracusa, por lo que con responsabilidad y sentido histórico, entregamos esta nota histórica para deleite y conocimiento de todos en el marco del 399 Aniversario de tan histórica fundación.
Comenzamos señalando que establecidos los Timotes en el valle de MUCURUJUN y sus dominios inmediatos, resulta interesante describir sus principales aspectos culturales para establecer la relación histórica:
En el frondoso Valle de Los Timotes, estaba el sitio antiguo de Mucurujún, paraje que sirvió de asiento a las principales parcialidades o familias de estirpe Timotes. Figuraron entre los ocupantes iniciales del Valle, las parcialidades de Mucuxamán y los propiamente dichos Timotes, descendientes de Stimots y Xamán. Además, Mucurujún simbolizó un importante centro socio-cultural para otras parcialidades vecinas como: Quindorá, Chiquimpú, Mucuguá, Mucumbás, Chijós, Muarcé o Mucusé, Chicuá, Mucuyupú y otras pequeñas agrupaciones dispersas en las montañas andino timotenses que reunidas conformaron la gran familia de los Timotíes. A pesar de la variedad en los nombres de cada agrupación, todos hablaban la lengua Timotes.
Aquí en este Valle prodigioso, al cobijo de páramos y montañas, en esta tierra de nevadas y vientos fríos, vivieron más de quinientos naturales (500 contados para el período de contacto). La base económica de estos grupos culturales fue la agricultura. Su alimentación se basó en el cultivo de algunas variedades agrícolas y en la recolección ocasional de tubérculos (papas) silvestres. Fue el maíz su alimento básico, utilizado en la elaboración de arepas y chicha (bebida), principalmente. Fueron productos complementarios para su dieta: yuca, apio, papa y zapayo. Su alimentación contó con el consumo, en pequeñas cantidades, de carnes de animales, como: lapas y venados; y aves como: pavas, tórtolas y otras. Además, utilizaban el fique y el algodón. En el trabajo agrícola se destacaron por la construcción de andenes o catafós. De la misma manera construyeron Acequias para llevar agua desde lejanas nacientes hasta los sembradíos. También construyeron depósitos o silos subterráneos destinados al almacenamiento de productos agrícolas sobrantes, por lo general: maíz o papa. Estos fueron construidos en diversas formas, y semejaban cuevas en lo más alto de las montañas.
Nuestros antiguos pobladores, en el aspecto religioso fueron politeístas: adoraban varios Dioses. Rendíanle culto al Dios Arco y Arca, a quienes consideraban los Padres fundadores de la Civilización Indígena. Igualmente adoraban: montañas, ríos, lagunas y picachos, así como al sol a quien nombraban Zuhé, a la luna a quien llamaban la pálida Chía y a las estrellas. Además de venerar figurillas de arcilla o barro cocido, idolillos de piedra labrada, de distintos tamaños y formas que representaban a humanos, animales y seres extraños. Creían en un Ser Supremo nombrado Ches y tenían sus propios sacerdotes conocidos como Piaches o Mohanes, quienes en solemnes rituales se comunicaban con sus Dioses y transmitían a su pueblo diversidad de situaciones y hasta algunas predicciones.
Aquí vivían, dispersos en jurisdicción del Timotes actual, exhibiendo sus vergüenzas algunos, otros cubriendo sus cuerpos con rudimentarias mantas de algodón que confeccionaban para su protección. Los bohíos sus residencias, eran construidos con caña brava o carruzo armado y sujetada curiosamente por bejucos, cubiertos con barro mezclado con paja, y un techo abundante de pajas silvestres, para evitar las inclemencias del sol, la lluvia y el viento. Dichos bohíos divisábanse dispersos en el majestuoso Valle del Motatán y sus alrededores prodigiosos. Cada parcialidad Timotes tenía su propio jefe, por lo general, el más anciano del grupo familiar o el más destacado entre los guerreros. Durante años, con esa particular forma de vida, dominaron los parajes adyacentes del Valle de Timotes, incluyendo el propio sitio de Mucurujun. Yacen sus Huellas dispersas y escondidas en estas tierras prodigiosas.

SANTA LUCIA DEL MUCURUJUN
La Iglesia de Santa Lucía en el Valle de Los Timotes, es tan antigua como la vida misma del poblado. Las primeras incursiones de los Religiosos Europeos o Misioneros datan, según registros históricos, del año 1.600 y correspondió aquella labor evangelizadora a los Presbíteros Curas Doctrineros: Gabriel López, Fabián García de La Parra y Diego de Trejo Cordero, quienes al correr del tiempo emprendieron la construcción de una pequeña Capilla de Paja bajo la advocación de Santa Lucía, justo en el centro del Valle de los Timotes. Estos Misiones introdujeron el culto a la Santa Mártir Santa Lucía, ya que trajeron una imagen en retablo, la cual marcó el inicio de la devoción y culto mariano a Santa Lucía. Dicha capillita a la postre se convirtió en la génesis del templo de Santa Lucía, gracias a las diversas diligencias y trabajos de varios religiosos que tuvieron a su cargo la nueva parroquia.
Es así como podemos establecer la relación histórica que implicó la evolución de Capilla de Paja a Basílica Menor de Santa Lucía. Veamos los datos históricos: allá por el año 1.619, se concretó la Visita del Licenciado Alonso Vásquez de Cisneros, Real Funcionario Español, quien ordenó levantar sobre la capilla inicial “Una capilla con paredes de tierra pisada y techo de paja”, a construirse precisamente en el sitio mas céntrico del Valle de Mucurujún. Esto con el propósito exclusivo de intentar la reunión de los naturales Timotes para continuar con el proceso evangelizador de las principales familias indígenas dispersas en los sitios cercanos de Mucumbás, Muarcé, Mucuxamán, Chicuá, Mucuyupú, Quindorá, Chiquimpú, Chijós, Mucuguá y otras.
Al transcurrir de los años, la histórica capilla comenzó a experimentar una serie de transformaciones que la mostraron, en diversas épocas, como un gran centro espiritual de renombre en jurisdicción del Timotes legendario. Es así como a finales del período independentista figuró como “iglesia con pequeña torre en lo que fue la Villa de Timotes”. Dicha torre de pequeña altura se levantaba a la margen izquierda del sagrado recinto, justamente frente a la histórica Plaza Mayor”. Los Gobiernos republicanos, instalados desde el año 1.830, concedieron ciertas ayudas al gobierno parroquial timotense con el objeto de mejorar significativamente las instalaciones de dicha iglesia.
En el año 1619, se llevó a efecto la Primera Visita Real a cargo del Licenciado Alonso Vásquez de Cisneros, del Consejo de su Majestad, Oidor de la Real Audiencia del Nuevo Reino de Granada, Visitador General de las Provincias de Mérida, Pamplona y Tunja, cuya finalidad exclusiva era velar por la administración eficaz de los representantes Reales, inspeccionar y establecer las condiciones de vida de la población aborigen y fijar el tipo de tributo a los naturales, todo ello gracias a las visitas particulares hechas y de acuerdo a las informaciones secretas, mejor conocidas como Pesquisas Secretas, escuchadas con atención por el Visitador. Fue así como Alonso Vásquez de Cisneros, se estableció en La Mesa de las Mucuguá, Encomienda de Lorenzo Cerrada, consiguiendo que las parcialidades Timotes permanecían “dispersas en sus sitios originales, sin organización efectiva, ni doctrina continua”, por lo cual el día 11 de septiembre de 1619, dictó en La Mesa de Mucuguá, el AUTO de población y resguardo de Timotes.
El Licenciado Alonso Vásquez de Cisneros, reiteramos que dictó el AUTO de Población desde la Mesa de los Mucuguá (actual Mesa Cerrada), ordenando la formación del poblado en el sitio de Mucurujún, contrario a como lo afirman algunas personas que confunden dicha apreciación alegando que Timotes fue primeramente fundado en Mesa Cerrada.
Para darle cumplimiento al AUTO de población, Alonso Vásquez de Cisneros encargó al Juez Corregidor de Naturales Francisco Camelo (sic), quien en su condición de civil y no religioso, llevaría a cabo el cumplimiento del AUTO de Población en un lapso de treinta días. Aunque Francisco Camelo, después de vencer algunas dificultades, llevó a cabo la formación del pueblo, al estilo español, en un lapso de noventa días, reuniendo en el sitio antiguo de Mucurujún, en las propias orillas del Río Motatán, en fecha 13 de diciembre de 1619, las agrupaciones de aborígenes Quindorá, Mucuxamán, Chiquimpú, Mucuguá, Mucumbás y Timotes, bajo el nombre: Pueblo de Indios de Mucurujún en el Valle de los Timotes. La población aborigen reunida, en total, sumó algo más de quinientas almas entre grandes y pequeños. Formábase el legendario pueblo de indios y comenzaron a llevarse los primeros libros eclesiásticos a encargo del presbítero Licenciado Fabián García de La Parra, nacido en España entre 1581 y 1583, designado Cura doctrinero del Valle de Timotes, Cura de Chachopo y Timotes, igualmente descendiente del conquistador Gonzalo García de La Parra. De hecho existen informaciones donde se precisa que el Primer Libro de Bautismo o baptismo como ellos mismos le denominaban, comenzó a llevarse el 02 de agosto de 1615, y estaba firmado por el Padre Fabián García de la Parra y fue cerrado el 14 de agosto de 1655.
Desde ese momento se habla de “Fundación de Timotes”, aunque nosotros utilizamos los términos Formación del pueblo al estilo español. Así el nuevo pueblo concebido por los españoles, se va estructurando sucesivamente: se construyó la nueva capilla, se trazo el cuadrado de la Plaza Pública, casas y demás edificaciones, se consolidaron los barrios de aborígenes, se construyeron puentes de madera sobre el Río Motatán y algunas quebradas para garantizar el desplazamiento a las antiguas labranzas y asentamientos indígenas. Igualmente se llevó a cabo la demarcación de los Resguardos Indígenas o tierras útiles para los naturales Timotes. Se implementaron nuevos cultivos, iniciándose la construcción de Molinos, en fin, comenzó una nueva vida para nuestros grupos Timotes, infiltrándose a su vez infinidad de señales culturales que aún hablan de la existencia de la estirpe Timotíe.
A partir de 1619, es inminente la consolidación del nuevo sistema de vida en el Valle de los Timotes. Hasta la propia población aborigen fue desapareciendo, por lo cual destacamos que de los 510 naturales que consiguió Alonso Vásquez de Cisneros en la visita realizada, entre 1619-1620, al correr de los años bajó a 207 naturales, según patrones levantados durante la Visita Real de Don Diego de Baños y Sotomayor en 1657, y aún más: para 1761, el Dr. Basilio Vicente de Oviedo informa la existencia de tan solo 150 naturales Timotes, en el Curato del mismo nombre. (15) Por lo cual, finalmente se deduce la desaparición casi total, a posteriori, de la estirpe Timotíe, aunque muchos andinos mantiene rasgos físicos que delatan orgullosamente su descendencia aborigen Timotes.
Por estas razones, es interesante destacar tanto la histórica Fundación de Timotes como la exhaltación del culto a Santa Lucía entre los naturales timotes, de lo cual existe las palabras pronunciadas por el Misionero Fabían García de la Parra, en lengua indígena, y que se convirtieron en históricas por su contenmido, veamos: “El Señor quiere reunirlos en un pueblo, asentados como están los españoles para que vivan en cristiana paz y sean doctrinados, para que no anden sueltos y derramados en montes ni partes ocultas donde tengan ocasión de idolatrar y usar otros vicios no cristianos, esto para que mejor puedan asimilar la doctrina de Jesús y sean curados de sus enfermedades y favosrescidos por el Cura doctrinero en vida y al tiempo de su muerte con el consueñlo espiritual y admin istración de los santos sacramentos que es lo que mas importa para vuestra salvación y para que todo esto se consiga conviene que todos los yndios estén reunidos y agregados, bajo la protección de la Santísima Virgen: Santa Lucía, para que sean iglesia de Cristo. La palabra de Dios debe llegar con toda comodidad, alivio y sin molestia a yndios e yndias viejos e impedidos y a las cristuras e yndias preñadas, quienes no han venido desde sus sitios de origen a la doctrina por no poder atravesar quebradas o por impedimentos de salud”
Misionero Fabían García de la Parra, palabras dirigidas a los Indígenas Timotes, pronunciadas en lengua Timotes, un 13 de diciembre de 1619.


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